Hubo una época no hace mucho tiempo, en que vivíamos en un mundo encantado de elegantes palacios y grandes fiestas… Corría el año 1916, y mi hijo Nicolas era el Zar de la Rusia Imperial.
Baile
-Hola Cariño.
Celebrabamos el tricentenario de gobierno de nuestra familia y esa noche no había estrella que brillara mas fuerte que la de nuestra dulce Anastasia, mi nieta más pequeña. Me rogó que no regresara a parís, asi que encargue un presente muy especial para ella, para que la separación resultara más fácil para las dos.
Pero, no llegaríamos nunca a estar juntas en París, pues una oscura sombra había caído sobre la casa de los romanov, se llamaba Rasputin, creímos que era un hombre santo, pero era un farsante hábido de poder y peligroso.
A partir de ese momento, la chispa de infelicidad que existía en nuestro país fue abanicada hasta convertirse en una llama que pronto destruiría nuestras vidas para siempre.
- Papáaaaa.
- ¡Deprisa Niños!
- Mi caja de música
- ¡Anastasia! ¡Vuelve aquí!¡Vuelve aquí!
- ¿Dónde están chico? ( Golpe )
- Abuelaaa.
- No te separes de mi, corazón.
- Yiah, Yiah.
-¡Rasputín!
- Jamás escaparán de mi, niña, jamás.
- Ouih, Bartok, mi cuerpo…
- ¡Amo!
- ¡Amo!
- Anastasia, Corre Corre…
- Abuelaaaa…
- Aquí, Cógeme de la mano, no sueltes mi mano.
- no me sueltes.
- ahhhhhh.
- Anastasia, Anaaastaaasiaaa.
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